lunes, 11 de agosto de 2014

Gaza: sin novedad en el frente


Cuando Israel se "porta bien" y no está masacrando civiles palestinos la ocupación y el sitio continúa con todas las consecuencias para la población palestina (económicas,psicologicas,sociales,etc,etc).

En la placa Noam Chomsky cita cifras de BTselem, organismo de derechos humanos israelí. Efectivamente fuera de las periodicas masacres en promedio 2 niños palestinos por semana son asesinados por las fuerzas armadas israelíes.

Estatidisticas "B'Tselem - The Israeli Information Center for Human Rights in the Occupied Territories" http://www.btselem.org/statistics


lunes, 4 de agosto de 2014

Hablemos de Siria


Uno de los argumentos que se utiliza como soporte del ataque israelì sobre Gaza es . "¿Por què no hablas de Siria?". Manera sibilina del remanido "antisemita" que el sionismo iguala a toda crìtica a Israel.

El defensor de la masare israeli desconoce la totalidad de lo que "denuncia" su interlocutor. Eso sì tenemos la certeza que denunciar a Israel es garantìa de recibir recriminaciones.


domingo, 3 de agosto de 2014

"El origen de Israel es como el del niño que nace de una violación" ENTREVISTA SHLOMO SAND

El historiador israelí Shlomo Sand niega que Israel tenga la voluntad sincera de acabar con el conflicto mediante una paz justa

  fuente http://www.publico.es/internacional/536829/el-origen-de-israel-es-como-el-del-nino-que-nace-de-una-violacion

¿Israel se fundó sobre principios democráticos? ¿Puede justificarse la existencia de Israel a partir de antiguos derechos históricos? ¿Israel se defiende de Hamas? ¿Israel quiere realmente la paz? Son preguntas que atentan contra consignas oficiales ampliamente difundidas en Occidente, y a las que da respuesta uno de los intelectuales israelíes más controvertidos: el historiador Shlomo Sand (Linz, Austria, 1946), profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv. Hijo de judíos polacos, supervivientes del Holocausto; veterano de la Guerra de los Seis Días (1967) y autor del polémico ensayo Cómo y cuándo se invento el pueblo judío (2008), Sand demuestra con su análisis que pueden mantenerse posiciones reflexivas y tolerantes aun en los momentos más difíciles de tan largo y sangriento conflicto.

Fuera de Israel, muchas personas se preguntan cuáles son los obstáculos que impiden la creación de un Estado multiconfesional, con capital en Jerusalén. Pero, en Israel, parece que nadie respalda esta opción. ¿Existe una corriente palestina favorable a esta solución?
Hace 130 años, la población árabe ocupaba toda Palestina. En ese tiempo, ¿qué hemos hecho los judíos? Confinar a los árabes en dos reservas indias, una hostil (la Franja de Gaza) y otra por el momento relativamente amistosa (Cisjordania). Hemos negado a ese pueblo su existencia como nación y su derecho a crear una entidad política. Ése es, seguramente, uno de los mayores obstáculos para la paz.
La solución de un Estado único tiene una justificación moral evidente, pero no una viabilidad política. Después de tantos años de ocupación y guerra (se trata del conflicto más largo de la historia contemporánea), no creo en la posibilidad de un solo Estado. Me parece una propuesta infantil, sobre todo porque Israel es la sociedad más racista del mundo occidental. A mi entender, la solución estriba en dos estados con las fronteras de 1967, uno israelí —no específicamente judío, sino israelí, de todos sus ciudadanos— y otro palestino. Además, creo que ambos estados deberían unirse en una confederación, al cabo de cierto tiempo.
Antaño, la izquierda radical palestina abogaba por un solo Estado, pero actualmente esta facción ocupa una posición totalmente marginal entre las fuerzas políticas palestinas.
"Israel es la sociedad más racista del mundo occidental" Israel fue creado según los principios democráticos occidentales. Sin embargo, los ciudadanos árabes israelíes han denunciado en muchas ocasiones la vigencia de leyes étnicas discriminatorias.
Israel no se fundó sobre los principios políticos democráticos al uso en Occidente. Es cierto que la cultura política israelí es relativamente liberal. Pero Israel, desde sus orígenes, se definió como Estado judío, no como un Estado de ciudadanos, judíos y árabes. ¿Qué quiere decir, en democracia, "Estado judío"? No hay que olvidar que millón y medio de israelíes no son judíos, sino árabes. Me gusta poner como ejemplo el conflicto entre Catalunya y España: el Estado español no se define como exclusivamente castellano, admite una realidad cultural catalana.
Yo defino a Israel como una etnocracia liberal. ¿Y por qué liberal? Porque ciertamente es pluralista, de otro modo yo no podría ser profesor en la Universidad de Tel Aviv.

En la línea argumental del filósofo y escritor israelí Yeshayahu Leibowitz (1903-1994), ¿piensa usted que la ocupación de los territorios palestinos ha corrompido a la sociedad israelí?
No estoy seguro de que sea exactamente así. El problema radica una vez más en el carácter etnocéntrico del Estado judío. Más que corrompido, creo que el Estado se ha vuelto cada vez más cínico, y creo que la corrupción de la sociedad se ha hecho más visible, pero ello ocurre en la mayoría de los países en estos primeros tiempos del siglo XXI.

Muchos europeos son acusados de antisemitas cuando critican la política de ocupación israelí, pero muchos israelíes son estigmatizados en Europa como genocidas cuando defienden la existencia del Estado de Israel, incluso si defienden un diálogo sincero con los palestinos para alcanzar un acuerdo de paz definitivo.
Hay muchos israelíes que están contra la ocupación y la guerra actual, tanto sionistas como no sionistas.
A pesar de los abusos cometidos; de la ocupación de los territorios palestinos, que ha sido una tragedia; y de su política belicista, yo defiendo la existencia de Israel como Estado. No porque le reconozca los derechos históricos que reclama, sino por el solo hecho de su existencia, y también porque cualquier intento de hacerlo desaparecer traerá consigo nuevas tragedias.
Yo comparo el origen de Israel con el de un niño que nace a raíz de una violación. Israel nace de la violación de la población árabe local, pero ya no puede desaparecer. Acabar con el conflicto obliga también al reconocimiento de un Estado palestino, hecho que Israel sólo acepta con la boca pequeña.

Un crimen abominable, el asesinato de tres adolescentes israelíes, dio lugar a un crimen no menos repugnante, el asesinato de un muchacho palestino. La reacción del Gobierno israelí ante el primero de estos sucesos fue militar, no policial, como hubiera sido normal ante actos de esta naturaleza.
Ante todo debe decirse que Hamas no tuvo nada que ver con el asesinato de los tres colonos israelíes. Sin embargo, esa fue la excusa para que Israel atacara nuevamente Gaza con toda su fuerza militar.
Previamente a este suceso, Israel había vuelto de detener aproximadamente a la mitad de los activistas de Hamas liberados en 2011, a cambio del sargento Guilad Shalit. Volvió a arrestarlos sin ninguna prueba contra ellos. Era una declaración de guerra y Hamas no podía dejar de responder.
Hamas me parece un régimen espantoso por la islamización forzada de la sociedad, pero tiene motivos para reaccionar, del mismo modo que la Unión Soviética tenía razones para defenderse de la agresión nazi en 1941, aunque la dictadura estaliniana fuera aún más espantosa que la de Hamas.
Por otra parte, me parece buena señal que Hamas haya renunciado a las acciones terroristas que practicó en el pasado, y eso a pesar de los daños que Israel está causando a la población civil de Gaza. Israel ha roto todas las reglas del juego.
"Hamas tiene motivos para reaccionar"

La memoria es un elemento constitutivo fundamental de la personalidad individual y colectiva. Cuando hay tanta herida abierta en ambos bandos, ¿es posible negociar y llegar a acuerdos? ¿Cómo pueden superarse estos sentimientos enfrentados?
Estoy de acuerdo en que existe la situación sobre la que me pregunta, pero usted sabe que la memoria no es un mecanismo automático, sino un contenido elaborado. La memoria colectiva es completamente diferente de la memoria individual, en tanto que producto de la educación; la construyen los maestros, los historiadores... Si usted da crédito a los libros escolares de Israel, verá que cualquier soldado israelí puede considerarse descendiente directo de los guerreros del rey David. Muchos israelíes creen que su historia ya fue escrita hace 3.000 años. La educación fabrica la identidad colectiva actual. De ella también dependerá el futuro, y por ambas partes.

Hamas es un componente esencial del movimiento palestino, pero, aparentemente, no se presta a ningún acuerdo con Israel. ¿Cómo puede solventarse esta situación? ¿Hamas aceptará finalmente la existencia de Israel?
Estoy seguro de que Hamas llegará a aceptar la existencia del Estado de Israel según las fronteras de 1967, al igual que hizo en su momento la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Pero Israel, a mi entender, no quiere realmente la paz, porque se niega a reconocer cualquier forma de soberanía palestina sobre su propio territorio. Así lo mostró su acción contra la Flotilla de la Libertad (mayo de 2010). Puedo entender que la Marina israelí controlara aquellos barcos, para asegurarse de que no llevaban armamento, pero luego debía haber permitido que la flotilla siguiera rumbo a Gaza. Acciones así muestran que Israel representa un papel teatral de falso diálogo.
Yo quisiera que Israel aceptara las condiciones de tregua solicitadas por Hamas, es decir, el levantamiento del bloqueo impuesto a Gaza. Desde hace ocho años, Gaza está completamente aislada del mundo, por culpa de Israel y con la complicidad actual de Egipto. Creo que es un compromiso de obligado cumplimiento para construir una paz verdadera.

Marwan Barghouti, uno de los líderes de la segunda Intifada palestina (2000-2005), que está preso en Israel desde 2006, ha sido presentado en muchas ocasiones como la persona capaz de conducir un proceso de paz estable. Una suerte de Mandela palestino. ¿Qué piensa usted sobre Barghouti?
No conozco personalmente a Barghouti, pero soy laico y estoy convencido de que es una personalidad de futuro; espero que sea un buen adversario político frente a Hamas. Por desgracia, no tiene ningún peso político actualmente, debido a su condición de preso.

¿Cree usted que asistimos a un fortalecimiento del integrismo religioso en ambos bandos? ¿Están perdiendo protagonismo los sectores laicos?
Como les he dicho, yo soy laico. Creo que unir política y religión es una perversión, y que introducir la religión en el conflicto solo puede conducir a la catástrofe. Por desgracia, el conflicto está aumentando la influencia islamista en la sociedad palestina, del mismo modo que crece la influencia religiosa judía en la sociedad israelí. El principal peligro no estriba en que la gente sea religiosa, sino en que lo sea el Estado; cuando la religión desborda el ámbito privado para tener una dimensión nacional, el enfrentamiento se agudiza.

Se dice que Gaza posee yacimientos de hidrocarburos y que Israel se niega a ceder su explotación a los palestinos.
"Israel  representa un  teatro de falso diálogo ayudado por EEUU"
Creo que solo son suposiciones. La raíz del problema de Gaza no es material, sino ideológica, y estriba en que Israel se niega a reconocer la existencia de una nación árabe palestina. No quiere aceptar la evidencia de la presencia del pueblo palestino, y no puede soportar ninguna expresión de independencia en Palestina. Israel no quiere la paz, pero representa un papel teatral de falso diálogo, ayudado por los Estados Unidos y ante la pasividad de Europa.

¿Los colonos judíos de los asentamientos cisjordanos representan un grave obstáculo para la solución del conflicto?
Los colonos no deben ser un obstáculo para la paz. En la Universidad de Tel Aviv hay estudiantes nacidos en los asentamientos que se muestran críticos con la ocupación; sin embargo, sus raíces están en las colonias. ¿Cuál es la solución? Puesto que creo en la posibilidad de dos estados soberanos pero confederados, del mismo modo que hay árabes israelíes, los colonos podrían quedar en sus asentamientos como ciudadanos palestinos.

¿Cuál es su balance final acerca de la situación en que se haya el conflicto?
Por supuesto, sigo creyendo en el diálogo entre palestinos e israelíes. Pero mi visión es muy pesimista en estos momentos. Pienso que el proceso de paz necesita una ayuda exterior; necesitamos que Europa salga de su pasividad, porque el tiempo apremia

 

domingo, 27 de julio de 2014

Súplica de un periodista israelí "En mi nombre no, por favor"

Publicado originalmente en: http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/mi-nombre-no-favor-articulo-506855


El Mundo 26 Jul 2014 - 9:00 pm
Súplica de un periodista israelí

"En mi nombre no, por favor"

Hamás es extremadamente peligroso, sí. Pero también hay un racismo sistemático que se ha arraigado en la sociedad israelí generación tras generación.
Por: Ami kaufman / Especial para El Epectador

Miro a mi hija mayor, que está a punto de cumplir siete años, mientras estamos parados en el pasillo de las escaleras. ¡Está tan cansada! Sus ojos, sin embargo, están bien abiertos. Acabo de despertarla en medio de la noche, sacudiéndola con fuerza mientras las sirenas empezaban a gemir en mi ciudad de Bat Yam, un suburbio de Tel Aviv, avisándonos de los cohetes que venían.
Los misiles que Hamás apuntó hacia nuestra área nos dieron casi un minuto para encontrar refugio. Vivimos en el tercer piso de un edificio de apartamentos, así que no hay suficiente tiempo para bajar al sótano/búnker, especialmente cuando tienes niños. Entonces nos quedamos en el pasillo con nuestros vecinos: algunos salieron de la ducha sólo con una toalla encima, algunos estaban en pijama, a algunos nunca los he conocido. Sonreímos y tratamos de bromear.
Pero entonces, sobre nosotros, ¡bum! Y luego otro bum. Al principio no sabía si era el sonido de haber dado en el blanco, pero era más probable que fuera el de la interceptación del cohete por la Cúpula de Hierro (Iron Dome), el sistema antimisiles de defensa israelí.
Es un sonido al que nos hemos acostumbrado en las últimas semanas. Bueno, la palabra no es precisamente “costumbre”. Todavía es perturbador. Abrazo a mi hija con fuerza mientras mi esposa sostiene a nuestra otra hija, que tiene cuatro años. Menos mal ella sigue dormida. No fue así como planeamos pasar el verano: íbamos a jugar afuera, a nadar en el mar, no a permanecer encerrados todo el día ni amontonarnos en el pasillo cada noche.
Tampoco estaba entre mis planes comerme las uñas hasta la raíz cuando dejo a las niñas en su campamento de verano y me voy a mi trabajo, a media hora de distancia. Allí, mi único sistema de comunicación es el WhatsApp con los instructores que, cuando se apagan las sirenas, notifican que todo está bien. “Estamos en el refugio antiaéreo de la escuela, los niños están bien, no hay por qué preocuparse”, dice usualmente el mensaje. No obstante, me preocupo.
¿Cómo llegamos aquí? ¿Cómo llegamos a esta situación de la operación Borde Protector, con más de 850 palestinos, 35 israelíes y un ciudadano tailandés muertos, mientras las cifras crecen a cada minuto que pasa?
Si miramos sólo los eventos recientes, es de hecho muy claro: puede que Israel no haya iniciado esta escalada, pero sin duda la alentó. La ruptura de los diálogos de paz entre israelíes y palestinos en abril y el total rechazo israelí hacia el gobierno de unidad entre Hamás y Fatah (el movimiento que fundó Yasser Arafat) generaron tensiones a un nivel aún más alto.
Rápidamente vino después el trágico secuestro de tres adolescentes israelíes en Cisjordania. Para echarle más leña al fuego, el primer ministro Benjamín Netanyahu culpó de inmediato a los miembros de Hamás por el plagio y siguió culpándolos luego de que se hallaran los cuerpos, a pesar de que hasta la fecha no ha mostrado evidencia de esa responsabilidad. Al parecer, los secuestradores eran un grupo delincuencial que no recibía órdenes de los líderes de Hamás. Éstos, a su vez, por supuesto no ayudaron en nada cuando, al saber de los secuestros, aplaudieron.
Como si fuera poco, las tres semanas de búsqueda de los jóvenes secuestrados estuvo disfrazada todo el tiempo como una operación de rescate de rehenes, aun cuando el Gobierno sabía desde el inicio que estaban muertos. Netanyahu usó ese tiempo para seguir culpando a Hamás y para, literalmente, declararles la guerra a todos los palestinos, mientras Israel arrestaba a cientos de ellos en Cisjordania y volvía a ejecutar asesinatos selectivos en Gaza.
La provocación que encabezaron los políticos israelíes durante ese período llevó a una atmósfera de odio tal contra los árabes en Israel que permitió uno de los asesinatos más brutales que este país haya visto: seis judíos ultraconservadores secuestraron a un árabe de 16 años en la localidad de Shuafat, en el Este de Jerusalén —área palestina—, lo golpearon y le prendieron fuego en un bosque cercano. El asesinato de inmediato desencadenó disturbios en el Este de Jerusalén y también en ciudades palestinas ubicadas dentro de Israel.
Con tanta tensión en el aire, y sobre todo después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) abatieran a nueve militantes de Hamás en un túnel de Gaza (señalaron que iban a usar el túnel para un ataque terrorista), una organización extremista como Hamás realmente no necesitaba muchas excusas para empezar a disparar. A partir de ahí, la escalada se volvió la ya conocida rutina de cientos de cohetes de Hamás, ataques aéreos pesados de Israel, intentos de Hamás por infiltrar Israel y, al final, la incursión por tierra de Israel.
El resultado ha sido devastador, tal cual podía esperarse de una guerra tan desproporcionada entre uno de los ejércitos más ricos y poderosos del planeta contra un grupo guerrillero. Las cifras de las Naciones Unidas muestran que cerca del 80% de los muertos en Gaza son civiles. Estos números no hacen quedar nada bien a un país que, asegura, hace todo lo posible por mantener a los civiles fuera de peligro. Infortunadamente, la cosa sólo empeora: más de 200 niños —al menos 11 bebés incluidos— han sido asesinados. Todas estas acciones cometidas por el ejército que acá se insiste en calificar como “el más ético del mundo”.
Además, algunos de esos niños murieron el domingo pasado en lo que sólo puede ser considerado un crimen de guerra. En un intento por abatir a Ahmad Sahmoud, miliciano de Hamás, las FDI arrojaron una bomba sobre el edificio donde se encontraba esa noche. El problema es que el edificio era también el hogar de la familia Abu Jame, familia de civiles por demás. Ciertamente, el ataque consiguió que Sahmoud fuera abatido, pero también les costó la vida a 25 personas inocentes: 18 de ellos eran niños y bebés, y había una mujer embarazada.
Los medios israelíes a duras penas discutieron el suceso. Estaban completamente inmersos en las bajas que se habían producido de nuestro lado. Por supuesto, es entendible concentrarse en el “equipo” propio, pero uno pensaría que eventos trágicos como la masacre de los Abu Jame deberían ser expuestos. Al parecer, los israelíes estamos de acuerdo con estos daños colaterales. Al parecer no tenemos problema cuando un general del ejército dice: “Sí, veo que hay 25 personas inocentes dentro de la construcción, pero sus vidas deben cobrarse al igual que la del miembro de Hamás”.
¿Es esta la ética que se resalta en el ejército? Personalmente, creo que estándares éticos tan bajos sólo pueden ser producto del racismo sistemático que se ha arraigado en la sociedad israelí generación tras generación, así como a través del sistema educativo. Mostrar tal apatía ante la muerte de 130 niños con el propósito de “enseñarle a esa gente una lección” no es más que la consecuencia de una ideología racista.
En días como estos, cuando los cañones disparan, el racismo sale a flote con toda su fuerza. Un prominente rabino, Dov Lior, pidió la destrucción de Gaza y dio luz verde a la matanza de civiles inocentes. Activistas de izquierda protestando por la operación militar han sido golpeados por activistas de derecha. Celebridades que expresan una palabra de solidaridad con las víctimas palestinas son opacadas y obligadas a disculparse para no perder sus campañas de ayuda. Me apena decir que incluso yo tengo mucho cuidado respecto a con quiénes comparto mis opiniones, las cuales mucha gente aquí tacha de radicales y traidoras. Siento miedo.
Como lo dije antes, esto es sólo mirando los eventos recientes que ocurrieron en los últimos meses, enfocado en las semanas recientes y la operación Borde Protector. Sin embargo, el juego de la culpa, de quién tiró la primera piedra, realmente ya no importa. Lo importante es dar un paso atrás y mirar el panorama general: un retrato de ocupación, de negación de derechos básicos a millones de personas, de robo de tierras y de apartheid por casi 50 años. Israel es una empresa colonial que mantiene a millones de personas bajo un gobierno militar y el mundo no hace nada al respecto.
Claro, Hamás controla la Franja de Gaza, pero sólo como la más grande prisión al aire libre del mundo. La Franja la maneja Israel desde afuera, decidiendo qué entra, cuánto entra y quiénes entran. En Cisjordania hay algunas áreas que la Autoridad Palestina maneja, lo cual facilita la ocupación de Israel porque no tiene que lidiar con asuntos de los ciudadanos. Y si alguien se sale de los límites, Israel sabrá cómo mostrarle un poco de “amor duro”, así como lo está haciendo ahora mismo y como lo hará en los años por venir.
Permítanme ser claro: no acepto que Hamás dispare cohetes contra civiles. ¡Civiles como mi familia y como yo! Estos son crímenes de guerra también y Hamás es una organización extremadamente peligrosa. Les doy, no obstante, crédito en algo: al menos no se autoproclaman como el ejército más ético del mundo. Cuando matan a 30 soldados y tres civiles, y las Fuerzas de Defensa de Israel matan a cientos de personas, la mayoría civiles, ¿quién es exactamente el terrorista?
De nuevo, en este pasillo, miro a mis hijas mientras los misiles de Hamás vuelan por encima de nosotros. Pienso en las docenas de niñas palestinas de su misma edad que han muerto en estos días por causa de las bombas de una tonelada que han arrojado los cazas F16; en sus padres sacando, con sus propias manos, los cuerpos de sus pequeñas de entre los escombros; en sus madres llorando y aferrándose a sus ropas rasgadas.
Y dentro de mí siento que la rabia crece mientras me repito: “En mi nombre no, por favor”.

A mis prójimos palestinos les digo lo mismo: “En mi nombre no, por favor”.

* Ami Kaufman es periodista israelí y cofundador de la revista virtual +972, un ejercicio periodístico independiente de israelíes y palestinos.


‘+972’, un esfuerzo de periodismo
En Oriente Medio es prácticamente imposible encontrar un medio tradicional que cubra con independencia la situación entre Israel y Palestina. Por esa razón Ami Kaufman (escritor del artículo que acaba de leer) y otros colegas fundaron ‘+972’, una revista virtual que recoge los blogs de periodistas tanto de Israel como de Palestina y que, como ellos mismos señalan, están “comprometidos con los derechos humanos y la libertad de la información, así como en contra de la ocupación”. Su nombre corresponde al código de área que comparten Israel y Palestina, quizá como un mensaje implícito que les recuerde que también tienen nexos que los unen. ‘+972’ se financia a través de sus lectores.

jueves, 24 de julio de 2014

Relato del horror: entrevista telefonica Tv Publica Argentina a Ahmad Yacoub.

Ahmad Yacoub vive con su familia al norte de Gaza. El horror en primera persona del sufrimiento de casi 2 millones de palestinos encerrados en un gigantesco guetto y machados por una de las fuerzas armadas màs poderosas del planeta.


miércoles, 23 de julio de 2014

Escudos humanos y asesinato deliberado de civiles: práctica habitual de las fuerzas armadas israelíes

"Los ataques aéreos indiscriminados de Israel, y no el uso de escudos humanos por parte de Hizbulá, como afirmaron funcionarios israelíes, causaron la mayoría de las aproximadamente 900 muertes civiles en Líbano durante la guerra entre Israel y Hizbulá durante julio y agosto de 2006, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.  " Informe HRW sobre bombardeos de Israel en 2006 sobre el Líbano http://www.hrw.org/fr/news/2007/09/05/israell-bano-los-ataques-indiscriminados-de-israel-mataron-la-mayor-de-los-civiles

El asesinato deliberado de civiles y el uso de escudos humanos es una práctica habitual de las fuerzas armadas israelíes. A continuación algunas noticias y denuncias de organismos internacionales. Click en la imágenes para agrandar: